Una persona adulta suele miccionar entre una y ocho veces al día, desechando 1.500 mililitros de orina, que a lo largo de la vida suponen 39.000 litros.
La composición de este líquido de desecho es agua en un 95 % y urea en un 2.5 %, más residuos diversos (sales minerales, hormonas y enzimas). Todo ello es posible gracias al incesante trabajo de los riñones que filtran 180 litros de líquido diariamente. Pero, aparte de este curioso apunte estadístico ¿qué tiene de especial este fluido?.
Análisis de orina
En la actualidad, los análisis de orina constituyen una de las pruebas más rutinarias para determinar la presencia de ciertas sustancias indicativas de nuestro estado de salud. Estas analíticas consisten en una batería de pruebas químicas para identificar y medir diferente elementos, además de una examen microscópico destinado a la detección de glóbulos rojos y blancos.
En las pruebas bioquímicas se utilizan unas láminas de papel impregnadas con productos que cambian de color ante las sustancias contenidas en la orina.
Veamos, a continuación, algunas de ellas y que implicación tienen para nuestra salud:
- Proteínas. Su presencia en la orina es conocida como proteinuria, que generalmente es causada por la albúmina y es una señal de enfermedad renal. Sin embargo, en ocasiones, puede producirse de forma natural tras un ejercicio extenuante, o debido a una anomalía genética, infrecuente e inocua, conocida como proteinuria ortostática.
- Glucosa. O azúcar en la orina, frecuentemente causada por la diabetes. También puede deberse a una disfunción del tubo renal.
- Cetonas. Los compuestos como la acetona, ácido acetoacético y B-hidroxibutírico se forman por la descomposición de las grasas. La cetonuria o exceso de cetonas en la orina puede estar producido, además, por diabetes incontroladas, inanición e intoxicación etílica.
- Nitritos. Su detección en la orina se conoce como nitrituria y es indicativo de una infección bacteriana.
- Sangre. La presencia de proteínas tales como la hemoglobina o mioglobina son especialmente interesantes para los pacientes con insuficiencia renal aguda.
- PH urinario. La acidez de la orina puede aumentar por la ingesta de ciertos alimentos, por lo que es especialmente crítica en pacientes con acidosis tubular renal.
- Sedimento. La orina normal contiene un reducido número de células y otros desechos como los cilindros que provienen del interior del tracto urinario. Cuando se desprende una cantidad de células mayor de lo habitual indica que existe alguna enfermedad de las vías urinarias. El estudio de los cilindros (formados por elementos celulares, proteínas y gotas de grasa) hallados en la orina ayudan a determinar el tipo de patología renal.
¿Por qué es de color amarillo?
Dependiendo de su concentración, el color puede ser tan claro como el agua o de color amarillo oscuro. El tono se debe a la presencia de unas sustancias colorantes llamadas cromógenos, como la urobilina. Sin embargo, la eliminación de algunos colorantes alimentarios pueden hacer variar el color hacia el rojo. La excreción de algunos fármacos también hace que la orina se muestre de color negro, azul, verde o pardo. Ahora bien, salvo estos supuestos, cualquier color que no sea el amarillo sugiere la presencia de una enfermedad. Por ejemplo, la hematuria (sangre en la orina) hace que esta se muestre parda o rojiza, el melanoma la tiñe de negro y la porfiria de rojo. La orina de color lechoso puede deberse a la precipitación de fostatos e indica la presencia de una posible infección.
La orina suele ser estéril aunque en algunas ocasiones bacterias, o más raramente levaduras, pueden introducirse desde la piel a través de la uretra y migrar por el tracto urinario causando una infección del tracto urinario (ITU).
El urinocultivo suele solicitarse cuando existen signos o síntomas que indican la posibilidad de una infección del tracto urinario, como dolor y escozor al orinar y necesidad frecuente de orinar.
En personas con infecciones recurrentes del tracto urinario debería realizarse urinocultivo y antibiograma en cada uno de los episodios.
En estas personas, con el tiempo, las bacterias pueden desarrollar resistencia a los antibióticos, siendo necesarios una selección cuidadosa del antibiótico y completar el tratamiento hasta el final. Los individuos con enfermedad renal y/o enfermedades que pueden afectar a los riñones, como diabetes y trastornos del sistema inmunitario, pueden ser más propensos a ITUs recurrentes.
Algunas curiosidades
Hidratación óptima: Un buen balance hídrico o hidratación se consigue cuando la cantidad de agua expulsada se iguala a la ingerida.
Deseo de miccionar: Cuando la vejiga alcanza un volumen de 250 mililitros se produce el deseo de orinar, aunque se puede retardar voluntariamente hasta los 500 mililitros. Un grupo de neuronas del tronco cerebral son las encargadas de inhibir y activar la micción a nivel neurológico. La orden de contracción de la vejiga para evacuar la orina viaja por las vías nerviosas, desembocando en la médula espinal a nivel de las vértebras sacras que conectan con la vejiga, el suelo de la pelvis y el esfínter uretral.
Algunas alteraciones neurológicas provocan que se pierda el control de la micción y aparezca la incontinencia urinaria.